Autoestima se define como el concepto propio que un individuo tiene sobre el mismos.
Valorando de manera positiva sus capacidades, se acepte y respete tal y como es, y sobre todo confíe en la conducta adoptada y en las decisiones que tome.
Autoestima es el amor propio que tiene una persona por ella misma. Esta es la forma más clara de definirla, sin llegar al egoísmo, ni a ser una cuestión enfermiza. Este tema hace referencia a la buena percepción que se tiene de sí
mismo, y a su vez, este sentimiento tan fundamental permite querer a los semejantes y forjar comportamientos que vayan en su beneficio.
Es común escuchar que existen personas con baja autoestima y alta autoestima. Estos preceptos tienen que ver con la manera en que el individuo percibe su personalidad y actitud ante la vida.
De esta forma las personas con baja autoestima siempre sentirán que lo que hacen no está bien o está incompleto, anteponen el pesimismo en cualquier situación y no valoran sus habilidades y destrezas, más bien esperan que otros los
evalúen como buenos para poder sentir confianza y seguridad, y están expuestos a problemas de salud física y cuadros depresivos.
Por el contrario, las personas con autoestima alta se convierten en agentes automotivadores, seguros de sí mismos, capaces de transformar las experiencias negativas en aprendizajes positivos que los llevaran al éxito.